AnthropoChildren

Perspectives ethnographiques sur les enfants & l'enfance / Ethnographic Perspectives in Children & Childhood / Perspectivas etnográficas sobre los niños & la infancia

2034-8517

 

ya que 05 febrero 2011 :
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Charles-Édouard de Suremain

La controversia de uitoto o las quimeras de la agentividad infantil

(N° 12 (2024) / Issue 12 (2024))
Débats et Controverses
Open Access

1A principios de la primavera de 2023, los medios internacionales informaron ampliamente sobre un trágico episodio en la Amazonía colombiana que implicó a niños amerindios.

2El 1 de mayo, una avioneta (Cessna 206) y sus siete pasajeros, entre ellos cuatro niños hermanos, se estrellaron en el sur de Colombia, en el corazón de las selvas de Caqueta y Guaviare. Con destino a la ciudad de San José del Guaviare, los viajeros procedían de la comunidad uitoto de Aracuara, ubicada a unos 350 km más al sur1. La investigación realizada bajo la coordinación de las autoridades locales por decenas de amerindios culminó el 22 de mayo con la localización del avión y de algunos de sus pasajeros, todos muertos. El hecho de que los niños no estuvieran entre las víctimas dio lugar a una inmensa esperanza, y condujo a una amplia campaña de búsqueda, llamada “Operación Esperanza”, organizada por el ejército, que envió160 hombres y perros rastreadores para barrer un área de más de 300 km2. Helicópteros y varios aviones sobrevolaban la región, mientras se hallaron algunas pistas que sugerían que los niños habían sobrevivido: un par de tijeras, un pañal…; Wilson, uno de los perros rastreadores, un pastor belga de 6 años, encontró el biberón de la menor de los hermanos antes de perderse a su vez2. También se encontraron pisadas, frutas mordisqueadas e incluso refugios de ramas sujetas con gomas elásticas para el pelo. Se lanzaron miles de folletos y un centenar de kits de supervivencia. La esperanza de encontrar a los niños vivos crecía tan pronto como decaía a medida que pasaban los días y las noches. La voz de la abuela de los niños se difundía, en idioma uitoto, a través de altavoces, diciéndoles que dejaran de moverse y que confiaran en Dios3.

3El 9 de junio, Lesly (13 años), Soleiny (9 años), Tien Noriel (5 años) y Cristin (solo 1 año) fueron encontrados con vida, más de 40 días después del accidente. La escena de su rescate, filmada por teléfono por la Guardia Indígena, dio la vuelta al mundo4. Evacuados en helicóptero al Hospital Militar de la capital, Bogotá, los niños presentaban “muchos déficits nutricionales”, pero quedaron fuera de peligro a las pocas semanas de su hospitalización.

Mediatización planetaria

4El 9 de junio los medios de comunicación se hicieron eco del suceso, causando una fuerte ola de reacciones en todo el mundo (ver la bibliografía indicativa más abajo). Supimos que la madre de los niños murió en el avión después de sobrevivir unos días tras el accidente; supimos también que los niños primero agotaron las pocas reservas de agua y harina de mandioca del avión antes de “vagar” por el “infierno verde”; nos quedamos “mudos” ante el coraje de los niños que sortearon los innumerables “peligros inherentes a la selva”: ¿acaso esta última no está “infestada” de depredadores agresivos (jaguares, buitres…), de sustancias venenosas (plantas, champiñones, frutas...) y de otros animales venenosos (arañas, serpientes, mosquitos…)? Por no hablar de las lluvias estacionales torrenciales que provocan deslizamientos de tierra y cenagales… innumerables trampas infranqueables para niños abandonados a su suerte, es decir, en el apogeo de la “vulnerabilidad”. En los videos, reportajes, programas especiales o artículos de prensa que proliferaban, una sola y misma pregunta se planteaba una y otra vez: ¿cómo pudieron sobrevivir los niños a un accidente aéreo y 40 días “vagando” en la selva?

¿Qué dice la supervivencia de los niños uitoto sobre la agentividad?

5Este episodio fuera de lo común generó una plétora de análisis, comentarios, opiniones, especulaciones o afirmaciones de los muchos actores que ocuparon la primera plana de los medios de comunicación: rescatadores, miembros de la comunidad uitoto, personal de ONG, agentes del Estado, militares, ciudadanos comunes, iglesias evangélicas, miembros del clero católico… Por lo que se pudo ver, oír y leer en los medios de comunicación, está claro que hay diferentes interpretaciones, que a veces coinciden, sobre las razones por las que los niños sobrevivieron, como por ejemplo la intervención divina, las cualidades morales de los niños o la “cultura uitoto”. Por lo tanto, estas interpretaciones no dejan de desafiar al antropólogo de la infancia y los niños: de hecho, tácitamente invocan la noción de agentividad (agency).

6Sin duda, es apropiado, en primer lugar, repasar brevemente los contornos del concepto. En esta Controversia, admito con fines operativos la definición dada por James y James (2008: 9):

“La idea de que los niños pueden ser vistos como agentes sociales independientes está en el corazón del desarrollo de un nuevo paradigma para la investigación infantil y juvenil que surgió en las ciencias sociales durante la década de los 70. [Este paradigma] destaca las capacidades de los niños y jóvenes para tomar decisiones sobre las cosas que hacen y expresar sus propias ideas.” 

7Es importante agregar a lo anterior que la agentividad se refiere a la capacidad de los agentes, en este caso los niños, de actuar intencionalmente sobre sus vidas, sobre los demás y/o sobre el entorno, contribuyendo al mismo tiempo a transformar cada uno de ellos.

Entre niños milagrosos, niños ejemplares, niños prodigio y “agentividad militante”

8Tras estas aclaraciones, podemos preguntarnos qué dice el episodio de la supervivencia de los niños uitoto sobre la agentividad.

9Una primera orientación de la controversia se refiere a la intercesión de lo divino en el rescate de los niños. Durante el suceso, la palabra “milagro” apareció muchas veces en los medios de comunicación5. En la misma línea, las intenciones de oración abundaron durante las celebraciones religiosas, independientemente de la obediencia (comunicaciones personales). Desde este punto de vista, solo un milagro, o la sucesión de una serie de pequeños milagros, podría explicar el tan improbable como feliz desenlace de la epopeya de los niños. En cierto modo, ¿este tipo de interpretación, que se refiere a lo inexplicable, no equivale simple y llanamente a privar a los niños de la agentividad? ¿No refuerza la intervención divina, inesperada y providencial, la idea de que los niños, por su supuesta vulnerabilidad consubstancial, y porque están privados de referentes adultos para guiarlos, no tienen agentividad?

10Desde esta perspectiva, cabe destacar que el diario La Croix dio la palabra a un antropólogo para analizar el tema y añadir complejidad el debate:

“La noción de milagro es aleatoria” explica Oscar García, investigador del EHESS y conocedor del pueblo uitoto. “No todo el mundo es capaz de sobrevivir en la selva, pero hablar de un milagro aquí es negar el conocimiento de estos niños. La técnica de ‘educación de la atención’ les enseña cómo moverse, alimentarse, protegerse y cuidarse en la selva6.” 

11En Philosophy Magazine, el mismo antropólogo explicaba el proceso:

Desde muy pequeños, los jóvenes saben diferenciar entre frutas y cosas que no se pueden tocar, y tienen un amplio conocimiento visual de lo que es peligroso. Saben cómo reconocer lo que es comestible desde la edad de 3-4 años7.” 

12La referencia a la “educación de la atención”, también conocida como “educación no formal”, “educación popular” o “educación a través de la escucha y la empatía”, es la segunda orientación de la controversia. Merece ser presentada brevemente. Como recordatorio, este paradigma se inspira en el proyecto de antropología defendido por Tim Ingold (2018): se trata, a grandes rasgos, de un modo renovado de educación basado en la atención y el establecimiento de un vínculo comunicativo que articula por un lado actitudes positivas (confianza, amabilidad, empatía) y, por otro, conocimientos y experiencias de una amplia variedad de lugares. Para Ingold, estos lugares incluyen el entorno en el sentido más amplio, más allá de los lugares tradicionales de aprendizaje (como la escuela)8. En este caso y en este paradigma, los términos de educación y atención “se funden in fine con la vida” (De Meyer 2018: 6). Se desprende que los niños se incluyen en un proyecto educativo abierto a los demás y al entorno. En la medida en que, en este modelo educativo, los niños son agentes activos, surge la agentividad tal y como se definió anteriormente, aunque el marco general esté inicialmente pensado por los adultos para el beneficio (supuesto y deseado) de los niños.

13Otra orientación de la controversia se desprende de la enumeración de cualidades como la “genialidad” o el “coraje”, como hizo el Presidente colombiano. En otras palabras, solo se pueden aludir a cualidades morales y físicas excepcionales para explicar lo inexplicable. La hermana mayor posee estas raras cualidades: “Es gracias a ella [Lesly, la mayor de los hermanos], su valor y su liderazgo que los otros tres pudieron sobrevivir, con su cuidado, su conocimiento de la selva”, dijo el Ministro de Defensa; o “esta pequeña es maravillosa, tranquila con las enfermeras. Es una niña muy fuerte”, dijo la directora del Instituto de Bienestar Familiar, la administración a cargo de la familia9. A un nivel aún más general, en situaciones de supervivencia, las cualidades “naturales” de los niños serían más eficaces que las “ideas” de los adultos:

“Su corta edad seguramente haya jugado a favor”, según Robin Boclet-Weller, fundador de la Compagnie des Aventuriers: “Es totalmente impresionante. Pero los niños apelan a sus instintos y no gastan su energía innecesariamente, a diferencia de los adultos que regurgitan ideas en tales circunstancias”.10 

14Desde esta perspectiva, las cualidades “naturales” y “espontáneas” de los niños, reforzadas por rasgos de carácter “fuera de lo común”, serían las “verdaderas” razones de su supervivencia. De manera implícita, la cuestión de la importancia de la educación de los niños parece aquí subestimarse. Pues ¿qué sería el conocimiento de la selva sin la fuerza vital, el impulso, la intención y la capacidad de tomar las riendas de la mayor de los hermanos? Todo sucede como si su inmensa madurez y sus grandes cualidades de cuasi-adulta, le hubieran permitido “manejar” la situación a la manera de un líder, es decir, finalmente, como lo habría hecho el presidente o el ministro que emplearon estas palabras…

15La posición de las organizaciones amerindias moviliza un registro interpretativo ligeramente diferente, que no excluye por ello a las demás. La supervivencia de los niños está vinculada ante todo a su “condición indígena”, es decir, a sus conocimientos y prácticas del bosque desde su existencia in utero. Según lo señalado por la Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de Colombia (OPIAC)11: “La supervivencia de los niños es una muestra del conocimiento relacionado con el entorno natural de vida, el cual se enseña desde el vientre de la madre”. Más tarde, mediante el aprendizaje diario, resumido bajo el término “cultura” o “educación indígena”, los niños desarrollan un dominio concreto del entorno12. Personalidades de las organizaciones amerindias explican el concepto de la siguiente manera:

“Son niños criados en la selva, y la mamá y el papá tenían mucha experiencia en ello, porque el paisano enseña a los niños la educación tradicional. Ellos van a la escuela y en la casa aprenden del manejo de la selva, de la andanza, qué frutas son comestibles y todo lo de la supervivencia” (Gilberto, Guardia Indígena)13.

16Los miembros del entorno de los niños (abuelos, tíos y tías, sin especificar nunca las relaciones de parentesco) abundan en este sentido, y participan en esta educación. Damarys Mucutuy, la tía de los niños, declara: “Lesly sabía qué frutas no podía comer. Porque muchas son venenosas en el bosque”. 14Por lo tanto, Lesly protegió a sus pequeños hermanos y hermanas, de acuerdo con el principio de “coeducación”, fundamental en la educación indígena. Las mismas fuentes señalan detalles logísticos específicos en apoyo de esta perspectiva. Los niños, por ejemplo, envolvieron sus pies en tiras de tela para no lastimarse; siguieron y observaron a los monos para ver lo que comían; caminaron zigzagueando, en círculos alrededor del avión, en un radio de menos de 5 km, y no “erraron” como ha sido reportado inexacta y despectivamente por los medios de comunicación.

17Sin embargo, esta “condición indígena”, manifestada en la educación y reivindicada por las organizaciones amerindias así como por el entorno de los niños, no excluye del todo las dimensiones “milagrosas” del episodio. En el mensaje grabado que envía a sus nietos desde los helicópteros (ver nota 3 arriba), la abuela, Fátima, ¿acaso no los encomienda a Dios, que es el único que “sabe” sus angustias? Citando un versículo del Evangelio de San Mateo (24, 36), ella parece encomendar los niños a Dios, que es el único que conoce los corazones y el tiempo o el desenlace de los acontecimientos15. Para otros miembros de la comunidad uitoto, el milagro, si efectivamente existe, no se basa en la intervención divina, sino en la intercesión de una tortuga terrestre (Chelonoidis carbonaria o tortuga morrocoy de patas rojas). Es una especie de tortuga comúnmente domesticada en la región (Paramo y Galvis 2010) y, por lo tanto, acostumbrada a la presencia humana, a fortiori para los niños. La historia fue publicada por el Journal du Dimanche y uno de los diarios más importantes de Colombia, El Universo16:

Con emoción, otro miembro del equipo reportó haber recibido una señal de la naturaleza antes de encontrar a los milagrosos: ‘Media hora antes, encontramos una tortuga en el camino. Según las creencias de nuestros ancianos, si encontramos una tortuga, podemos pedirle un deseo, y ese deseo se hará realidad. Le dije ‘Encuéntrame a los niños’, aunque quisiéramos comérnosla después. Cuando encontramos a los niños, la dejamos, solo pensábamos en los pequeños”. 
Los ancianos nos decían que si [le] pedíamos un deseo [a la tortuga], se haría realidad. Y encontramos esta morrocoy [nombre local de la tortuga] en el camino (...), la tomé (...) y le dije ‘me entregarás los niños’ (...) No tardamos más de media hora. Recorrimos unos 400 metros y alcanzamos el objetivo”. 

18Estos dos microeventos, que se refieren a diferentes universos religiosos o simbólicos, muestran que existe una cierta porosidad entre los registros interpretativos aducidos por las organizaciones amerindias y los parientes de los niños para explicar su supervivencia. Lejos de ser radicalmente contrapuestos, se complementan y refuerzan mutuamente. Un pasaje de la revista Géo ilustra la complementariedad de estos registros:

Mientras muchos líderes católicos se maravillan ante tal milagro, Alex Rufino, un experto indígena entrevistado por BBC Mundo, dijo que, en su opinión, este final feliz se debió principalmente a la ‘conexión espiritual’ que el pueblo uitoto tiene con la naturaleza. ‘Hay energías antiguas en la selva a las que los pueblos indígenas se refieren. Es difícil de entender, pero es una buena oportunidad para aprender de las diferentes visiones del mundo’17”. 

19Un colega antropólogo, Eliran Arazi, recogió el testimonio de una pariente cercana de los niños sobre la fuerte intricación de estas diferentes visiones del mundo en la educación local18. Por último, parece que no se excluyen los elementos de religiosidad cristiana y amerindia movilizados durante el rescate de los niños: “más bien al contrario, se fortalecen como parte del proceso más amplio de dominar el conocimiento ‘útil’ en el bosque, en la misma categoría que el aprendizaje sobre las plantas comestibles u otros peligros. De forma que su conocimiento de elementos más ‘espirituales’ (según la perspectiva occidental), como la oración, el uso de mitos o entidades sagradas, es indudablemente constitutivo de su agency” (comentarios de Raphaël Colliaux, postdoctorante en antropología, quien amablemente ha leído y comentado este texto).

Como conclusión: la “agentividad militante” de los niños uitoto

20Cabe destacar que la larga cobertura mediática de este suceso, que yo sepa, nunca mencionó la noción de agentividad. Su empleo permanece, después de todo, limitado al campo académico y no cala en el lenguaje corriente como, por ejemplo, las nociones de “vulnerabilidad” (Brodiez-Dolino 2016)19 y “resiliencia”. En sentido estricto, la agentividad no es (¿todavía?) un término popular, es decir, una buzzword que suscite una gran cobertura mediática.

21Por lo tanto, no existe una oposición estricta entre los registros de interpretación formalmente construidos destinados a defender uno en lugar de otro; hay más bien confrontación o “controversia” en el sentido de Cyril Lemieux (2007). En este caso, se trata de “procesos de disputa” (disputing process) que pueden ocurrir en todos los niveles de la sociedad, incluso en la opinión pública. Combinan elementos tomados de creencias, imaginación, conocimiento científico, preguntas actuales o imperativos de comunicación. Estas controversias, que por definición son compuestas y evolutivas, revelan divisiones, “relaciones de poder”, “posiciones institucionales” o “redes sociales” más profundas, no inmediatamente perceptibles a la observación.

22En este sentido, la versión documental del suceso, producida en noviembre de 2024 por la plataforma internacional Netlix, juega todas las cartas20.

23Dicho esto, ¿qué se puede aprender de lo que yo llamaría la “controversia de uitoto”?

24Hay que señalar que los niños uitoto vivieron una situación de extrema vulnerabilidad y que demostraron una resistencia, resiliencia, iniciativa y creatividad fuera de lo común para sobrevivir a un accidente aéreo y luego a cuarenta días en la selva amazónica: la hazaña es tanto más notable cuanto que la selva tiene una gran connotación negativa en el imaginario. Para los creyentes, la intercesión de Dios explica el milagro de la supervivencia; para los políticos y los militares, la hazaña radica en las “cualidades morales” y la combatividad natural de los niños; para los antropólogos y  las ONG, la educación en la atención explica, en gran medida, la capacidad de supervivencia de los niños; para las organizaciones amerindias y los miembros de la comunidad uitoto, por último, la supervivencia de los niños es consubstancial con los valores, las intercesiones divinas y simbólicas, y un modelo de educación a través del aprendizaje de la vida en el bosque.

25En otro nivel más teórico, estos diferentes registros interpretativos ilustran las controversias en torno a la noción de agentividad del niño. De hecho, esta es criticada debido a los usos a veces “fuera de contexto” que se hacen de ella, especialmente por las corrientes más occidentocéntricas de los Childhood Studies (Lancy 2012; Delalande 2014). Sin embargo, en la medida en que las “capacidades” de los niños se sitúan siempre en el tiempo, el espacio, la cultura, y más ampliamente en el campo social, parece más relevante, como propone Élodie Razy (2019), distinguir la agentividad, como categoría analítica, de sus diversas definiciones émicas. Esta operación evita la confusión y podemos entonces hablar de “culturas locales de la agency” que se cruzan, se oponen o coexisten, a veces ignorándose unas a otras. Lejos de la imagen idílica y engañosa del niño cuasi autónomo, liberado de los adultos, dueño de sus elecciones, el ejemplo de los uitoto permite esclarecer y matizar los mensajes difundidos por los medios de comunicación. Sería reductivo, e injusto, atribuir la supervivencia de los niños exclusivamente a una acción ajena a ellos; como lo sería también afirmar que se basaron únicamente en sus “capacidades”, sus “valores” o sus cualidades “naturales” para sobrevivir.

26Una de las “culturas locales de la agency”, en este caso la visión uitoto de la agentividad, parece encontrarse en algún punto entre estos dos polos permeables. Esta visión a su vez apunta a lo que yo llamaría una forma de “agentividad militante”, una declinación local de agencia donde la connotación política, cultural y social subyacente sería más pronunciada que en otros modelos de agentividad. Como Julie Delalande nos recuerda sobre la agentividad y el agente infantil: “Un niño es agente cuando un adulto (ciudadano y/o investigador) reconoce su capacidad de actuar y lo autoriza a ejercer su poder de actuar sobre su entorno. En este caso, la agentividad militante sería el reconocimiento, por parte de los adultos, de la agentividad ejercida por los niños uitoto, y por tanto del universo cultural en la que se fundamenta. Más allá del reconocimiento del modelo de educación que hace posible la agentividad infantil, también sería la expresión, más profunda e invisible, de la búsqueda del reconocimiento de un modo de vida y de las luchas que los adultos llevan a cabo para defenderlo. La agentividad militante, en otras palabras, sería otra forma de hablar y de promover los derechos de los pueblos autóctonos, de conservar y salvaguardar la biodiversidad, o incluso la tierra y la cultura. Por lo tanto, su efectividad política sería tanto más fuerte como lo son los niños, las “generaciones futuras de carne y hueso” (Suremain y Razy 2022), quienes son los portadores.

27En un programa televisivo titulado “Operación milagro”, uno de los líderes de la Guardia Indígena que encontró a los niños continuó el debate trazando un paralelismo entre el rescate de los “niños de la montaña” y el que está pendiente: el de los “niños de la calle”. Al centrarse en estos últimos, que han perdido todo su rumbo y se ven reducidos a la mendicidad, el guardia reconoce, implícitamente, que están desprovistos de agentividad, a diferencia de los primeros, los niños uitoto. Al hacerlo, el líder recuerda a toda la nación las expectativas, esperanzas y demandas de las organizaciones y comunidades amerindias frente a problemas políticos, sociales y culturales que al mismo tiempo son estructurales, urgentes y violentos.

Referencias citadas en el texto

Bibliographie

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Delalande J. 2014 « Le concept d’enfant acteur est-il déjà périmé ? Réflexions sur des ouvertures possibles pour un concept toujours à questionner », AnthropoChildren 4: https://popups.uliege.be/2034-8517/index.php?id=1927

De Meyer M. 2018 « Tim Ingold, l’anthropologie comme éducation », Lectures. URL: https://journals.openedition.org/lectures/24744

Echeverri J.A. 1997 « People of the center of the world. A Study in Culture, History, and Orality in the Colombian Amazon », tesis de filosofía, New York : The Graduate Faculty of Political and Social Science of the New School for Social Research.

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James A.L. & James A.D. 2008 Key Concepts in Childhood Studies. London : Sage.

Lancy D. 2012 « Unmasking children’s agency », AnthropoChildren 2. URL : http://popups.ulg.ac.be/AnthropoChildren/document.php?id=1253

Lemieux C. 2007 « À quoi sert l'analyse des controverses ? », Mil neuf cent. Revue d’histoire interculturelle 25(1) : 191-212. URL : https://shs.cairn.info/revue-mil-neuf-cent-2007-1-page-191?lang=fr

Paramo P. & Galvie C.J. 2010 « Conceptualizaciones acerca de los animales en niños de la sociedad mayoritaria y de la comunidad indígena Uitoto en Colombia », Folios 32 : 111-124. URL : http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0123-48702010000200007

Razy E. 2019 « Bébés de l’anthropologie, anthropologie des bébés ? Une longue quête si nécessaire », L’Autre 20(2) : 131-142.

Suremain (de) Ch.-É. & Razy É. 2022 « Les ‘enfants cachés’ des générations futures et de la patrimonialisation (Mexique et France) », In Situ 3.

URL : https://journals.openedition.org/insituarss/1782

Otras referencias

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Dussan E.R. 1987 « Etnografía de los grupos indígenas contemporáneos », In Colombia amaiónica (Villegas Jiménez B. ed.) : 237-273. Bogotá : Universidad Nacional de Colombia-Fondo FEN Colombia.

Eden M.J. & Andrade A. 1987 « Ecological Aspects of Swidden Cultivation among the Andoke and Witoto Indians of the Colombian Amazon », Human Ecology 15 : 339-359.

Murdock G.P. 1934 « The Witotos of Northwestern Amazonia » (451-474), In G.P. Murdock (ed.) Our Primitive Contemporaries. Nueva York : Macmillan.

Strivay L. 2006 Enfants sauvages. Approches anthropologiques. Paris : Gallimard.

Whiffen T.W. 1915 The North-West Amazons : Notes of Some Months Spent among Cannibal Tribes. Londres y Nueva York : Constable & Co.

Notes

1 Según la ONIC (Organización Nacional Indígena de Colombia), el pueblo uitoto tiene unos 6000 miembros repartidos por Colombia y Perú (https://www.onic.org.co/pueblos/1125-muinane). Los uitoto se subdividen en diferentes clanes, entre los que se incluye el de los niños (chukiki: “acronym formed by the initial syllables of the names of the three confederated clans: Chuumójo (Worm), Killéllimijo (Pineapple), and Kiimijo (Drum) » (Echeverri 1997 : 113) (Echeverri 1997: 113). Véase también Gashé (1972) sobre las autodenominaciones dentro del grupo “witoto”.

2 Wilson fue galardonado con una medalla post mortem, quedando inmortalizado en una fachada de la sede del Comando Conjunto de Operaciones Especiales (CCOES): https://lesjours.fr/obsessions/enfants-perdus-colombie-amazonie/ep7-que-deviennent-les-enfants/

3 El mensaje grabado es el siguiente: “Les pido un favor, que yo soy su abuelita Fátima, ustedes me entienden. Tienen que estar quietos. Los están buscando. Escuchen el micrófono, estén parados, para que ellos los traigan. Si se sienten angustiados, solo mi Dios lo sabe.” (https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-65852541)

4 No pude encontrar los videos originales grabados por la Guardia Indígena local, compuesta por rescatadores de varias comunidades. Aparecen extractos del rescate en varios videos editados después. Véase por ejemplo: https://www.google.com/search?client=firefox-b-d&q=vid%C3%A9o+sauetage+enfants+uitoto#fpstate=ive&vld=cid:0880d35b,vid:2VXgyF7boXw,st:0

5 Véase por ejemplo Vatican News: https://www.vaticannews.va/es/iglesia/news/2023-06/un-milagro-y-un-signo-para-que-colombia-piense-en-la-vida.html. Sabemos que la comunidad de la que provienen los niños es en su mayoría evangelista: https://www.bfmtv.com/international/amerique-latine/colombie/enfants-rescapes-en-colombie-une-proche-raconte-comment-ils-ont-survecu-dans-la-jungle_AN-202306130359.html

6 Véase https://www.la-croix.com/Monde/Colombie-enfants-miracules-grace-leur-connaissance-jungle-2023-06-12-1201271197

7 Véase https://www.philomag.com/articles/les-enfants-sauvages-de-colombie-un-aveu-sur-la-nature-humaine

8 Véase https://theialab.fr/savoir-faire/leducation-par-lattention/

9 https://www.ouest-france.fr/monde/colombie/cette-petite-est-merveilleuse-les-enfants-perdus-en-colombie-ont-survecu-grace-a-lesly-lainee-f2baf876-07c3-11ee-a19e-ac1a552ea695

10 https://www.leparisien.fr/faits-divers/un-veritable-miracle-en-colombie-comment-les-quatre-enfants-ont-ils-survecu-dans-la-jungle-pendant-40-jours-10-06-2023-BKMALMZSCZANNDP7YUR5G2D3PY.php

11 “La supervivencia de los niños es una muestra del conocimiento relacionado con el medio natural de vida, el cual se enseña desde el mismo vientre de la madre”: https://www.epe.es/es/internacional/20230611/sabiduria-indigena-ayudo-sobrevivir-ninos-88560152

12 Este principio coincide con los análisis de la historiadora de Lucienne Strivay sobre las capacidades de adaptación de los “niños salvajes”: “Aunque estos niños no pueden decirnos lo que es el hombre de la naturaleza, nos revelan la asombrosa capacidad del pequeño hombre para adaptarse, para manejarse en un entorno hostil y para adquirir ciertos comportamientos animales mientras desarrollan habilidades en la comunicación no verbal” (https://www.philomag.com/articles/les-enfants-sauvages-de-colombie-un-aveu-sur-la-nature-humaine).

13 https://www.elespectador.com/colombia/mas-regiones/a-los-cuatro-ninos-desaparecidos-los-salvo-su-crianza-indigena/

14 Véase https://www.geo.fr/environnement/enfants-sauves-en-colombie-comment-la-culture-indigene-uitoto-les-a-aides-a-survivre-amazone-chasse-peche-cueillette-215176

15 “En cuanto a aquel día y aquella hora, nadie los conoce, ni siquiera los ángeles del cielo, ni siquiera el Hijo, sino solo el Padre, y solo él” (https://www.aelf.org/bible/mt/24).

16 Véase https://www.lejdd.fr/international/colombie-les-premiers-mots-des-quatre-enfants-retrouves-apres-40-jours-derrance-dans-la-jungle-136722 y https://www.eluniverso.com/noticias/internacional/una-tortuga-le-cumplio-el-deseo-a-los-rescatistas-y-de-inmediato-aparecieron-los-ninos-perdidos-por-40-dias-en-la-selva-colombiana-nota/

17 Véase https://www.geo.fr/environnement/enfants-sauves-en-colombie-comment-la-culture-indigene-uitoto-les-a-aides-a-survivre-amazone-chasse-peche-cueillette-215176 y, para el artículo de BBC News Mundo: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-65869230

18 Véase https://theconversation.com/how-traditional-indigenous-education-helped-four-lost-children-survive-40-days-in-the-amazon-jungle-207762

19 Según una encuesta realizada por el autor, “el término ‘vulnerabilidad’ continúa, de forma lenta pero segura, su propagación social, hasta el punto —y esto es bueno— de cuestionar a un número creciente de actores. De hecho, se ha vuelto omnipresente en los medios de comunicación, los informes y los comunicados de prensa de asociaciones o academias, como lo ilustra la curva de sus apariciones enumeradas en Google Scholar”.

20 El documental, titulado Los niños perdidos, pone mucho énfasis en la exitosa colaboración entre las fuerzas armadas y los equipos de rescate indios, que fue difícil al principio debido a la anterioridad del conflicto armado. También es interesante ver que el episodio de la “tortuga” se reserva para resaltar el conocimiento chamánico que puso a estos mismos equipos en el camino de los niños. Finalmente, el documental se centra poco en temas de educación y más en la coordinación de actores adultos.

Para citar este artículo

Charles-Édouard de Suremain, «La controversia de uitoto o las quimeras de la agentividad infantil», AnthropoChildren [En ligne], N° 12 (2024) / Issue 12 (2024), URL : https://popups.uliege.be/2034-8517/index.php?id=3833.

Acerca de: Charles-Édouard de Suremain

UMR Paloc “Patrimoines Locales, Environnement & Globalisation” (IRD/MNHN/CNRS), https://cv.hal.science/charles-edouard-de-suremain, charles-edouard.de-suremain@ird.fr